Ciudad de México.— Luego que médicos del IMSS en Querétaro realizaron un procedimiento erróneo a una mujer de 27 años para retirarle un dispositivo intrauterino (DIU), la joven sufrió una infección generalizada y un choque séptico que derivó en la extirpación del útero, un ovario y la amputación de ambas piernas.
Ante ello, la CNDH emitió la Recomendación 118/2022 al director general del IMSS, Zoé Robledo, debido a que personal médico adscrito al Hospital General Regional Número 1 y a la Unidad de Medicina Familiar Número 9 (UMF-9) de ese instituto, transgredieron los derechos a la protección de la salud, a la integridad personal, a la salud sexual y reproductiva, y dañaron el proyecto de vida de una mujer de 27 años por diagnóstico, tratamiento y seguimiento médico inadecuados.
La CNDH pidió reparación integral del daño al IMSS por la amputación de ambas piernas e histerectomía, a consecuencia de un diagnóstico erróneo a la paciente.
Según la Comisión, en la queja presentada en septiembre de 2018, la víctima señala que acudió en al menos tres ocasiones a la UMF-9 debido a un dolor abdominal, y se le diagnosticó infección en vías urinarias y colitis, por lo que se estableció tratamiento sin solicitar estudios de laboratorio.
Se detalla que acudió al área de gineco-obstetricia en el HGR-1 para retirarle un DIU que se encontraba en posición inadecuada y que fue extraído con pinzas sin realizar previamente un ultrasonido o estudios de rayos X.
Se agrega, además, que tres días después, la víctima se presentó en la unidad familiar con dolor lumbar, donde se anotó como antecedente el retiro del DIU y que, sin llevar a cabo algún análisis, se le diagnosticó lumbalgia aguda.
La situación de la joven evolucionó desfavorablemente, por lo que se presentó en el área de urgencias de la UMF-9 y de ahí fue trasladada al hospital general regional, donde ingresó por grave pérdida de sangre, gastroenteritis infecciosa y deshidratación severa.
En la integración del expediente, la CNDH recabó información suficiente para acreditar que al llegar al hospital general, la mujer se encontraba en una condición grave que ponía en riesgo su vida, y que la pérdida de sangre se debió a una infección generalizada (sepsis), por lo que fue necesario proporcionarle respiración mecánica; tuvo que ser intubada y transfundírsele sangre y, debido al paro cardiaco que sufrió, requirió reanimación por 30 minutos.
Se realizó extirpación de útero y ovario y, posteriormente, se le tuvo que realizar la amputación de ambas piernas.
La CNDH considera que el pronóstico de vida de la víctima es grave por las complicaciones derivadas de la inadecuada atención médica que le dejaron secuelas permanentes en la función deambulatoria, al amputársele ambas extremidades inferiores y obligándola a usar prótesis.
“Se hace notar que, si bien la amputación de extremidades se llevó a cabo para salvar la vida de la víctima ante el avance de la infección, este procedimiento aplicado fue resultado de una inadecuada atención médica, un diagnóstico deficiente e incompleto y de un inadecuado seguimiento de control, que permitieron el avance importante de la infección que pudo prevenirse”.